jueves, 4 de marzo de 2010

Genoveva vivía para servirle a la gente

Agredecemos la aportación de un colaborador para la publicación de esta entrada.



Padres, hermanos, y amigos, todos destrozados, desconsolados en su interior. Nadie lo creía

Culiacán, Sinaloa.- La más pequeña de ocho hermanos era Genoveva, o Geno, como la llamaban todos los que la conocieron.

Padres, hermanos, y amigos, todos destrozados, desconsolados en su interior. Nadie lo creía.

Isalena Carina, José de Jesús, Silvia, Guadalupe, Cosme, Cecilia y Ramón, sobreviven, aunque ahora si ella, la hermana menor.

Don Guillermo Rogers Sanz, su padre y Genoveva Lozoya Díaz, su madre estuvieron ahí.

El sueño de la joven de 20 años fue ser médico forense, cuenta su padre, el señor don Guillermo, quien luce con rostro un desencajado después de llorar.

En su juventud, el señor quiso ser socorrista, pero no lo logró, pero su hija sí, a quien impulsó moralmente, quien a sus 16 años finalmente se inscribió en la sección de Cruz Roja Juventud. Era septiembre de 2006.

Trás dos años de capacitación ingresó al cuerpo voluntario donde siempre quiso estar. Ahí fue integrada al cuerpo de emergencia del 065. Le dieron la oportunidad de ser radio operadora y le gustó.

A penas del 19 al 21, estuvo en Toluca, Estado de México. Ahí fue testigo de los festejos de los 100 Años de Cruz Roja, donde convivió con sus amigos.

Era alegre, con una sonrisa siempre en el rostro, positiva, recuerdan sus amigos.

Desde hace cuatro años estudiaba en la Licenciatura de Derecho de la UAS, donde hizo amigos y en un año la concluiría.

"Ella luchó por lo que quería ser, ella vivía en Cruz Roja, vivía para servirle a la gente", cuenta el señor.

"Ni esposa ni yo creo que lo vamos a superar, porque mi esposa atravesaba por una depresión muy severa y con eso se empeoró más", dice lastimado. "(Estamos) casi muertos de dolor, de impotencia, y desesperación", continúa.

No confía mucho en las autoridades para esclarecer la muerte de su hija más chica y responde: "Lo pongo en manos de Dios".

"Te definimos como una chica de gran sensibilidad, gran nobleza, lo único que resta es decir gracias, por lo que nos diste, por tu energía, por tu palabra, por tus matices, sabemos que Dios te sabrá guardar", dijeron ayer en micrófono antes que su cuerpo fuera llevado por donde sería su última morada: El Parque Funeral San Martín.

http://www.debate.com.mx/eldebate/Articulos/ArticuloGeneral.asp?IdArt=9705077&IdCat=6087

1 comentario:

Anónimo dijo...

Recibí un correo de la mala administración que hace la CRUZ ROJA con lo que aportamos los ciudadanos que tenemos conciencia que siempre se necesitan recursos.

Desde muy joven siempre he contribuído con lo que tengo al alcance de mi mano, pero no se me hace justo que los citados RECURSOS no lleguen al personal, que es quien siempre da la cara y atiende al público.

¿QUÉ LES PASA A LAS INSTITUCIONES?, o debemos pensar que no es en sí una persona moral sino mas bien LOS EJECUTIVOS o los que tienen el CARGO los que ¡¡¡hacen mal uso de su puesto!!!

Atentamente, una contribuyente molesta S. San Vicente